Cómo la ciencia ha ayudado a combatir la enfermedad de Chagas en Guatemala
María Carlota Monroy
María Carlota Monroy
Foto: Dra. María Carlota Monroy
Su búsqueda incansable de soluciones a problemas de salud relacionados con el medio ambiente, en 1992 fundó junto con un grupo de profesionales, el Laboratorio de Entomología Aplicada y Parasitología (LENAP) en la USAC, un centro de investigación pionero en el estudio de enfermedades transmitidas por insectos y artrópodos.
"Mi vida gira en torno a la ciencia, ya que siempre hay algo nuevo por descubrir y la humanidad aún enfrenta numerosos desafíos por resolver. He recibido múltiples reconocimientos por mis esfuerzos para mejorar la calidad de vida de las personas y promover la salud a través de la ciencia".
Para hablar de este tema y de su trayectoria profesional, la doctora Monroy nos abrió las puertas de su hogar. Conozcamos más sobre esta científica guatemalteca destacada.
¿Por qué es importante la investigación en el tema de Chagas?
Es relevante estudiar y tratar la enfermedad de Chagas debido a su impacto significativo en la salud pública, especialmente en América Latina. Esta enfermedad es provocada por el parásito “Trypanosoma cruzi”, se transmite a humanos por las heces de insectos conocidos como chinches. Puede tener consecuencias graves en las personas, como cardiomiopatía y problemas gastrointestinales, que pueden ser mortales en su fase crónica.
Además, su transmisión es multifacética, incluyendo la picadura de insectos vectores y transmisión madre-hijo, lo que hace que su control sea un desafío complejo. El trabajo que la Dra. Monroy ha realizado para abordar esta enfermedad no solo mejora la calidad de vida de las personas afectadas, sino que también ha contribuido a la salud pública en Guatemala y al desarrollo sostenible de las comunidades en riesgo.
Una minúscula pero gran amenaza
Aunque la chinche pueda parecer un parásito insignificante y aparentemente inofensivo, una picadura puede desencadenar problemas cardíacos graves, incluso llegando a causar invalidez. La enfermedad de Chagas es muy común en Centroamérica, y aunque en Guatemala se ha logrado erradicar el parásito Rhodnius Prolixus, uno de los principales vectores que transmiten la enfermedad a los seres humanos, aún existen más de 150 especies que cohabitan en las viviendas de muchos guatemaltecos, especialmente en zonas rurales.
Mi inspiración para crear el Laboratorio de Entomología Aplicada y Parasitología se originó en mis primeras investigaciones en el extranjero. Pensé que Guatemala también debería tener su propio laboratorio en este campo. En 1992, con el apoyo de la Escuela de Biología de la Universidad de San Carlos, fue posible establecerlo. Este laboratorio se dedica a la investigación de enfermedades transmitidas por vectores y se compromete a encontrar soluciones a problemas de salud relacionados con el medio ambiente. Hemos publicado más de 100 artículos científicos en revistas internacionales indexadas y he tenido el privilegio de mentorizar a más de 40 jóvenes investigadores. Esto me llena de satisfacción, ya que no hay nada mejor que inspirar a los estudiantes a realizar investigación que beneficie a la sociedad.
Mi vida gira en torno a la ciencia, ya que siempre hay algo nuevo por descubrir y la humanidad aún enfrenta numerosos desafíos por resolver. He recibido múltiples reconocimientos por mis esfuerzos para mejorar la calidad de vida de las personas y promover la salud a través de la ciencia. En 2004, fui honrada con la Medalla de Ciencia y Tecnología otorgada por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), el más alto reconocimiento científico en Guatemala. Además, en 2021, fui reconocida como guatemalteca ilustre y gané el premio de innovación de la Organización Mundial de la Salud/Organización
Foto: Dra. María Carlota Monroy